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martes, 7 de abril de 2015

La difícil “partida de ajedrez” de la cuestión de los tratamientos farmacéuticos: Una visión personal, obviamente

(Publicado en Sanifax, 6 de abril 2015)

Otro lunes más y este especial por ser la vuelta de vacaciones de Semana Santa para algunos y para otros día festivo aún, según el punto geográfico donde cada uno tenga su sede laboral. Esta circunstancia invita más a una reflexión trimestral que a una mensual, a la par que mirando hacia el futuro, dado que las elecciones están al caer.
Se mire como se mire está el tiempo complicado. Hay un frente inestable que no termina de irse y se junta con unos nubarrones que se aproximan y que, aunque habrá algún momento de claridad, las tormentas van a ser la tónica general.
Habrá que leerse con detalle las propuestas que en materia sanitaria nos hagan desde el variopinto conjunto de los partidos políticos para afrontar el temporal, sin mucha esperanza de que alguien escriba la realidad de lo que hay, salvo si el objetivo sea el suicidio electoral.
Porque la realidad es tozuda y se empeña en demostrarnos una y otra vez que el camino que seguimos para organizar y gestionar la sanidad pública nos lleva a un abismo financiero algo paliado por la mejora de las cuentas públicas y de la economía en general. Hay avances, sin duda, pero se me antojan insuficientes. Por eso lo que en su día se llamó recortes deberían ser traducidos a medidas de eficiencia organizativa y de gestión, pensando ya no en el corto plazo, pero por lo menos en el medio.
Soy consciente que decirlo es fácil, y hacerlo algo más complejo, por no decir “casi” imposible. Como profesional independiente que presta sus servicios en diferentes tipos de organizaciones y que eso me permite tener una visión amplia (sesgada siempre, pero amplia), es muy desolador observar que ideas, proyectos, innovaciones tecnológicas, etc, no se aplican por la rigidez de un sistema que no admite los cambios que deben realizarse. O al menos al ritmo que se debería.
Caso especial merece el asunto farmacéutico, y que es un buen ejemplo de la compleja realidad a la que nos enfrentamos. Cuando hace ya unos años se tomó la decisión de “apretar” a la industria farmacéutica en cuestión de precios, y a los profesionales en la racionalidad en la emisión de recetas, se consiguió un primer impacto de una importante baja del gasto en esta materia, lográndose aliviar el problema financiero. Sin embargo, el gasto farmacéutico hospitalario nunca dejó de crecer.
Desde una visión más amplia, se viene observando además un cambio de tendencia desde el 2013 donde el gasto farmacéutico por recetas vuelve a repuntar levemente y las previsiones dicen que seguirá la tendencia. Pues la industria farmacéutica, que vio mermado un negocio, se reinventa y busca legitimas oportunidades de negocio y, como si se tratara de una partida de ajedrez, hacen su siguiente movimiento: a la par que recurren los precios de referencia del Sistema Nacional de Salud, han potenciado la venta de productos que denominan “Consumer Health Care” y han venido apostado por el desarrollo de moléculas de alto coste para patologías muy específicas, que les viene a crear un problema social y financiero a los gobiernos. Y les deja pensando el siguiente movimiento.
A este respecto la OMS ha publicado un informe recientemente que advierte que los precios de referencia de los medicamentos pueden retrasar la comercialización y aumentar los costes de medicamentos innovadores.
Para el gobernante este marco no le deja más que un movimiento de defensa, pues se ve atrapado entre las presiones de la industria por lo que entiende unas reglas de juego injustas, la sociedad que reclama también las mejores soluciones a sus problemas de salud, su realidad financiera y la realidad de sus piezas (profesionales a todos los niveles), que no terminan de entender el desarrollo de la partida ni quieren jugar el mismo juego que él. “Menuda papeleta”, que se suele decir.
El gobernante en este marco se ve obligado a limitar el acceso al medicamento de manera más o menos justa y justificada, cuestión que lleva a titulares como “El médico ya no prescribe”. Todo ello consciente de que una apertura de puertas supondría que los 2.500 MM de euros de diferencial de gasto farmacéutico entre gasto de 2010 y 2014 se quedan cortos para asumir el impacto de dicha decisión. El caso más mediático ha sido el de los medicamentos para el tratamiento de la hepatitis C, que se ha saldado, por el momento, con la nada despreciable cifra de 727 MM euros extra en gasto, lo que viene a ser lo mismo que, por ejemplo, la atención sanitaria de los habitantes de la ciudad Málaga durante un año entero. Pero no es el único. Es sólo la punta del iceberg pues hay muchos otros medicamentos que se dificulta su acceso, mediante normativas y un cuerpo de Inspectores revisando caso a caso, con limitaciones al acceso justificadas en algún caso y en otros no tanto.
La partida continúa, y no pinta bien para el decisor político, pues tendrá que saber hacer los movimientos adecuados y desde una visión estratégica para evitar que en España siga saliendo, en algunos estudios que circulan por ahí, como a la cola mundial del acceso a fármacos. Esperemos que sean pues buenos ajedrecistas, cuando además los otros jugadores, en su gran mayoría, aceptarían de buen grado dejar la partida en tablas y sumar esfuerzos. Y deseamos que no lleguen a pedir un “economista manco” como en su día lo hizo el Presidente norteamericano Harry S. Truman, por aquello de “In one hand and in another” (expresión similar a la nuestra “por un lado…pero por otro...”) No hay que olvidar nunca que toda decisión en economía puede tener efectos en diferentes direcciones.


Antonio Burgueño Jerez



martes, 3 de marzo de 2015

LA GESTION Y TRATAMIENTO DEL ENFERMO CRONICO: UN PUNTO DE VISTA HUMANISTA

(Publicado en Sanifax 2 de marzo 2015)

Otro lunes primero de mes y más de lo mismo. Con pocas variaciones la verdad, más con la vista puesta en el festival electoral que tenemos por delante que otra cosa. Este mes quiero destacar la jornada que sobre las enfermedades crónicas hemos celebrado en NUGESAN en el Hospital de Fuenlabrada, y que este medio ha dado amplia cobertura, cosa que como miembro de la Junta Directiva de dicha asociación, y aprovechando esta tribuna, quiero agradecer públicamente.

Después de escuchar las interesantes ponencias, y después de los enriquecedores debates, mi conclusión es que la cosa va, que se hacen esfuerzos por orientarnos y gestionar los pacientes crónicos, pero tal vez por la rigidez del sistema (por sus normas y sobre todo por sus costumbres) vayamos demasiado despacio y sobre todo sin un camino claro. Que tenemos unos objetivos muy altos y que quizás los pasos para llegar deben ser más cortos, pero también más rápidos. Hablamos de integrar estructuras cuando lograr una efectiva coordinación ya es un logro importante.

No voy a entrar de lleno en el tema pues necesitaría un número especial de Sanifax y algo más. Y mucho se escribe ya sobre el tema. Pero si quería puntualizar una cuestión: Se habló mucho, y se habla, de la participación del paciente. Obvio, sin su voluntad y esfuerzo poco se puede avanzar. Percibo que se habla de él con cierta frialdad, como un ente sin alma al que hay que enseñar a tratar mejor su cuerpo para no enfermar o cuidarlo mejor para cuidar su enfermedad, sin pararnos a considerar su realidad social, sus sentimientos, sus preocupaciones, que condicionan su forma de afrontar su enfermedad en caso de que caiga en ella.

No digo que los clínicos no lo hagan, pues me consta que su sensibilidad hacia este tema es mayor que la que se reflejan en los planteamientos organizativos y de gestión. Es necesario considerar en el diseño de la gestión de la enfermedad la gestión del factor emocional en las enfermedades crónicas. Ayudar al desafío mental y emocional de encajar una merma progresiva de salud de la cual muchas veces no hay cura, reducir incertidumbres asociadas a la enfermedad, apoyarle en los cambios en los estilos de vida, adaptarse a limitaciones físicas, en el esfuerzo de disminuirlas, en momentos que los sentimientos negativos llegan por progresos lentos o tal vez empeoramientos, requieren de tener las estructuras y los equipos adecuados. De no hacerlo todo aquello del empoderamiento del paciente y todo esfuerzo clínico que se quiera hacer, no voy a decir que sea inútil, pero seguro que no todo lo productivo que deberían ser.

No nos olvidemos pues de la parte humana en la gestión de los pacientes crónicos. De apoyar al ser humano entendiéndolo como persona enferma, comprendiendo su realidad y su entorno. Seamos humanistas desde la propia gestión y pongámoslo en el eje de las decisiones. “El humanismo no es una virtud que deba aplicarse sobrepuesta a la medicina. Le es consustancial. La medicina debe constituir un modelo de humanismo para nuestros tiempos”… se puede leer en la web de la Real Academia de Medicina Francesa.

La medicina actual compagina las mayores cotas de eficacia de toda la historia de la humanidad en el tratamiento de las enfermedades y sus consecuencias. Y aun así se desarrolla en una sociedad en la que la queja mayor es la deshumanización. Extraña paradoja…o no tanto. Cualquier planteamiento de mejora que se haga no debe olvidarse de esta cuestión, si quiere de verdad dar respuesta y estar legitimada ante la sociedad en general y de las personas enfermas en particular, sobre todo si la enfermedad es, tal vez, para toda la vida…o crónica como la solemos denominar.



Antonio Burgueño Jerez

lunes, 2 de febrero de 2015

LOS FACTORES DETERMINANTES DE LA CRONICIDAD: UN ANALISIS NADA CIENTIFICO…PERO CURIOSO

(Publicado en Sanifax, 2 de febrero de 2015)





La cronicidad es sin duda el gran reto de la sanidad para su supervivencia. No es objetivo de esta tribuna entrar en un profundo análisis de la misma ni las posibles soluciones que se vienen apuntando y de otras que se podrían plantear. Pero si quería pararme en las causas que producen dichas enfermedades, conocidas como factores de riesgo, y que de alguna manera se vienen trabajando por las diferentes Administraciones Públicas y actores privados.
Trabajando estos dias un proyecto sobre esta esta cuestión, y concretamente con la herramienta INCLASNS del Ministerio de Sanidad, he elaborado una tabla a partir de los datos de la Encuesta Nacional de Salud del 2011, donde se aportan datos sobre como afectan alguno de los factores de riesgo más destacados, como son la obesidad (enfermedad en si misma y claro factor de riesgo para otras), el sedentarismo y el consumo excesivo de alcohol o tabaco.
Analizando la misma se me ocurren una serie de conlusiones, en clave de humor y sin ningún rigor cientifico, que llevan detrás de si un trasfondo serio: las costumbres sociales y las diferencias que en cada región hay sobre dichos hábitos deben marcar el abordaje de la promoción de la salud y las prioridades en cada ámbito geográfico. Espero sirvan para amenizar la jornada durante unos minutos, pues esa es la intención.
-        Parece que los andaluces les gusta fumar bastante aunque no son los que mas beben. Se ve que el tapeo por aquellas tierras es cosa de peso. Tal vez el buen tiempo reinante invite a ello, y en terrazitas donde se puede fumar. Si parece que las tapas son sustanciosas por el problema que tienen con el exceso de peso.
-        En Aragón beben y fuman bastante, lo que contradice en cierto modo la hipótesis anterior, pues aquí el clima no acompaña tanto, sobre todo en el norte de la Comunidad. Si que es cierto que luego compensan estos malos hábitos de alguna manera, porque su problema con los kilos de más es menor. Tal vez la clave este en las tapas que se toman, ya sea por menor cantidad o por ser más saludables.
-        Los asturianos le pegan bien a la sidra, y no me extraña, lo que les hace estar entre los más bebedores de España. Eso si, lo compensan con un menor consumo de tabaco y con el ejercicio. La orografia tendrá mucho que ver, supongo.
-        Sus vecinos cántabros, sin embargo, no beben tanto, pero eso si, todo apunta a que les gusta sentarse a contemplar los maravillosos paisajes tanto de montaña como de mar que tienen. Se mueven poco. El clima tampoco acompaña a ello. Lo que parece es que no aprovechan esos ratos para el tapeo, cosa que apunta ser más del sur español.
-        De los catalanes destaca lo mucho que se cuidan, o al menos guardan bien la linea. Debe ser por comer más equilibrado, pues tampoco destacan especialmente por ser muy activos. No parece que el aperitivo les tire en demasía o si lo hacen es moderadamente, a juzgar por los datos. Sin análisis más profundo no podemos sacar más conclusiones.
-        De los valencianos destaca que les gusta fumar bastante, el resto están en linea con la media nacional, aunque los paseos playeros y el clima les permite estar ligeramente por debajo de la media en sedenterismo.
-        Los extremeños llevan bien lo de beber, pero tienen un problema con el sobrepeso, tal vez por el buen jamón y otras viandas. Parece que no lo consumen tapeando, pues no beben tanto, salvo que las tomen con refrescos, mostos o cerveza sin alcohol.
-        Tampoco los gallegos beben mucho a pesar de los “buenos caldos” que allí tienen, y fuman poco. Entendemos que es cuestión del clima que no acompaña a salir mucho. Prefieren estar más en casa comiendo (y muy bien), pues la buena cocina gallega ayuda, o bien en los buenos restaurantes que por esa tierra abudan (“haberlos ahilos, como las meigas”). La obesidad es la más alta del país. La hipótesis es que están tirando de empanadas y productos similiares, tal vez también de buenas carnes, pues no esta la cosa como para pensar que el marisco está en el menú habitual. Proponemos profundizar en este asunto.
-        Los madrileños van dejando de fumar, bastante humo se traga uno ya diariamente en la capital que supongo disminuye las ganas. De hecho son los que menos lo hacen en España. Un poquito más activos que la media nacional y un poquito más estilizados también. Estrés, carreras, largas distancias pueden explicar esto tal vez. Que tampoco sean grandes bebedores es lógico, pues queda poco tiempo para los amigos.
-        Los murcianos son tambien de los que menos beben en este pais. pero no se pueden determinar las causas de porque hacen poco ejercicio. Vale que Murcia no es muy grande, y las distancias cortas, pero eso no creemos que influya demasiado..o si.
-        Los navarros junto a los riojanos y a los melillenses son los que mas activos están, lo que hace replantearse la teoria de las distancias cortas como causa de menor actividad (lo digo por Melilla). Habrá que profundiazar en esto. Y más bien destacan por beber poco. En Melilla lo puedo entender por los musulamanes, pero choca en la Rioja y Navarra. Tal vez porque lo hagan con moderación y muy repartido, o lo vean como un negocio y prefieran venderlo a bebérselo. Un fenómeno sociológico este digno de ser estudiado. Eso si, tampoco son los que tienen mayores problemas con el sobrepeso. Teniendo en cuenta lo bien que se come por esas tierras, parece que lo compensan con mucho ejercicio y poco sedentarismo.
-        En Ceuta y Melilla se fuma poco. En Ceuta hay correlacion entre el alto sedentarismo y el sobrepeso, ambos muy altos, ocurriendo todo lo contrario en Melilla. La gran comunidad musulmana y sus hábitos no parece que tenga relación con estos parámetros.
-        Y los vascos beben muchos “txiquitos”, eso si, acompañados de buenos “pintxos. No hace falta hacer un estudio para saber lo bien que se come por allí, en cantidad y calidad, pero parece que el hecho de estar un poco por debajo en sedentarismo con respecto a la media les hace estar cerca de la media en sobepeso.
En fin, que no todos somos iguales, que hay diferencias regionales en costumbres, que unos hábitos se pueden compensar con otros o potenciarse y que las polticas públicas pueden partir de un troco comñun, pero el esfuerzo a realizar a cada factor de riesgo hay que adptarlo. Este ejercicio de partir del conocimiento de la realidad social parte, por cierto, de un enfoque humanista al ejercicio de la medicina y de la gestión de la salud en general.


Antonio Burgueño Jerez


viernes, 9 de enero de 2015

¿AGUANTARÁ EL MUTALISMO DE FUNCIONARIOS OTROS 40 AÑOS?... ¿Y CINCO…..?

(publicado en Sanifax 9 de enero 2015)

Nuevo lunes, nuevo mes, nuevo año… todo nuevo. Vamos a ver que nos depara el 2015 lleno de emociones en lo político propias de una montaña rusa… elecciones municipales, autonómicas, generales… Centrándonos en lo sanitario, muchos cambios en la sanidad madrileña y la nacional con nombramientos de nuevos responsables.

Me quiero centrar en esta tribuna en poner el acento en las mutuas de funcionarios, es decir: MUFACE, ISFAS y MUGEJU, las cuales se mantienen en una situación crítica desde hace mucho tiempo. Hemos leído titulares en todo tipo de prensa, no sólo sanitaria, como “Los funcionarios de Muface dejarán de poder ir a los mejores hospitales”, o “CSI-F asegura que Muface está en quiebra técnica, pero Hacienda niega problemas de liquidez o tesorería”, “los funcionarios sufrirán recortes en su cobertura médica a partir de 2015”. Un presupuesto congelado en 2014 y un incremento pequeño incremento presuestario para el 2015 han sido los detonantes. Las compañías aseguradoras, así como varios grupos hospitalarios han tomado la decisión de no prestar ciertos servicios a los funcionarios por tener que fijar unos precios que, según ellos, no les permite mantener el mismo nivel de servicio. En algunos casos como DKV han optado por introducir el copago voluntario con numerosas ventajas para el funcionario.

En los próximos días, y durante el mes de enero, los funcionarios deben decidir si quieren ser atendidos en el sistema público o en el privado, y si es así en que compañía. Hasta ahora, el 80% había optado por el sistema privado, pero tal vez estos anuncios y cambios en la prestación produzcan un vuelco hacia lo público. La pregunta es si el sistema público puede asumir la demanda asistencial añadida que se le generaría. Habrá que estar a la expectativa. Me reservo por ahora mi opinión porque el tema da para otra tribuna y aún más para una tesis.

Desde mi punto de vista este es un buen modelo, basado en una visión integrada de los recursos sanitarios del país, donde se permite al ciudadano elegir libremente prestador, y aplicándose el principio de separación de financiación, aseguramiento y provisión de servicios, donde las Instituciones Públicas son garantes del servicio y ejecutoras de la prestación del mismo, pero no prestadoras.

Es un modelo muy asentado con casi 40 años de existencia (este año que comienza se cumple 39 años del Decreto 843/1976, por el que se aprueba el Reglamento General del Mutualismo Administrativo), y está basado fundamentalmente en un sistema de colaboración público-privada que ha venido funcionando tan bien que la amplia mayoría de los funcionarios has optado por la asistencia privada. Y además lo hace, según algunos estudios realizados, a unos cotes per cápita inferiores entre el 20% y el 30% inferior al gasto sanitario en prestación pública. Asisa cifraba esta diferencia en el entorno del 40%

Pero no parece que estos datos sean suficientes para mimar a un modelo de prestación sanitaria que bien podría estudiarse su aplicación a otros colectivos, sino que se le viene asfixiando vía precio cápita a las aseguradoras, hasta tal punto que la mayoría opta por renunciar a este mercado por ser, ya no poco rentable, sino de alto riesgo.

Otro problema del modelo es que los colectivos cada vez es más reducido y cada vez está más envejecido. Según datos publicado en el mes de diciembre del año que amamos de cerrar, el número de empleados públicos se situó en julio de 2014 era de 2.522.631, 25.000 menos que el año anterior. Aunque es cierto que, como señalan los responsables de Asisa, se incrementan las tasas de reposición en algunos ámbitos como es el caso de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.


En definitiva, pocas compañías que jueguen la partida, reducción del colectivo, envejecimiento e incremento de la morbilidad, estrangulamiento financiero a pesar de lo positivo del ligero incremento de este año, ponen muy complicada la viabilidad de este modelo en el medio plazo. Quizás la puntilla ya se le haya dado este año: el pueblo decide. Veremos que deciden los funcionarios en las próximas semanas, porque aquí la participación ciudadana, tan de moda ahora, mediante decisiones individuales y personales para decir que hacer con el dinero que le corresponde para su sanidad es un ejemplo a seguir. Y hablamos de un colectivo que me cuesta creer que tire “piedras contra su propio tejado”, por lo que estoy seguro que seguirán defendiendo la sanidad pública como hasta ahora.


Antonio Burgueño Jerez

jueves, 18 de diciembre de 2014

UN EJEMPLO DE HUMANISMO, TECNOLOGIA Y EFICIENCIA: Philips presenta una solución audiovisual para reducir la ansiedad del paciente en pruebas diagnósticas

MEJORA LA EFICIENCIA DEL ESTUDIO
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Publicado en Redacción Médica

Jueves, 18 de diciembre de 2014

Ricardo Martínez Platel / Redacción. Madrid

Philips ha anunciado el lanzamiento de Patient In-bore Experience enfocada para rebajar la ansiedad del paciente y su movimiento durante los estudios de resonancia magnética. Se trata de una iniciativa que integra iluminación lumínica dinámica, proyección, sonido, diseño espacial y mejoras del flujo de trabajo para permitir a los hospitales crear entornos atractivos y confortables para los pacientes.
En un espacio corto de tiempo esta innovación llegará a España, ya que hasta el momento se han hecho programas piloto en Estados Unidos, donde el resultado de satisfacción de los usuarios ha sido elevado.

“Independientemente de lo sofisticadas y eficaces que sean ahora las soluciones de imagen, la mayoría de las personas que se enfrentan a una exploración diagnóstica están a menudo ansiosas y asustadas, simplemente por el motivo por el que se tienen que someter a una exploración”, ha señalado Luis Cuevas, director de Diagnóstico por Imagen de Philips Ibérica.

“Es importante generar confianza porque la ansiedad es inherente al paciente enfermo que quiere que resolvamos su problema y está preocupado por él. Un trato adecuado por un profesional competente, un entorno físico agradable y unos equipos modernos que implementan aspectos relevantes en la comodidad del enfermo son muy adecuados”, ha comentado Concha González, jefe de Servicio de Radiodiagnóstico del Hospital Puerta de Hierro de Majadahonda.

Por otro lado, Philips ha presentado en el marco de la Reunión Anual de la Sociedad de Radiología Norteamericana, celebrada en Chicago, una nueva solución de screening de pulmón, diseñada para ofrecer a los profesionales de la salud una vía más rápida y definitiva para la detección y el tratamiento de este tipo de cáncer. Está compuesta por productos que permiten a los proveedores gestionar un programa de cribado con tomografía computarizada que monitoriza y guía a los pacientes.


lunes, 1 de diciembre de 2014

HAY QUE POTENCIAR LA INICIATIVA PRIVADA EN LOS SERVICIOS PÚBLICOS: MAS PARTICIPACIÓN CIUDADANA, AHORA TAN DE MODA

(Publicado en Sanifax, 1 de diciembre de 2014)

Otros lunes primero de mes, y esta vez el último de un año donde fundamentalmente ha habido más de lo mismo, con alguna excepción. Por ejemplo, los presupuestos sanitarios el año que viene vienen a incrementarse de manera generalizada. Parece que para eso si ha habido consenso sin necesariamente hablar del asunto, pues el lenguaje común de las elecciones por un lado, y unas cuentas más ordenadas y controladas en general, permiten tomar esa decisión. Sea por lo que sea, es una buena noticia, que deseo no sirva para relajación y no olvidar que hay que seguir dando vueltas en el terreno organizativo y de la planificación de servicios y su gestión para lograr más eficiencias. Hay mucho margen de mejora, siempre lo hay, por muy eficiente que se sea, hay que darle siempre otra vuelta más. Reflexión esta que se basa en el principio de mejora continua huyendo de palabras rimbombantes.
En ese proceso mejora debería haber más participación ciudadana. No puedo estar más de acuerdo con quien así lo manifiestan. Pero la participación a lo que me refiero se centra en el ámbito empresarial, pues no dejan de ser entidades y organizaciones sociales, con un papel fundamental en la sociedad e integradas por personas que forman lo que ahora gustar llamar la ciudadanía. Y la participación que reclamo no es solo en decir “que hay que hacer”, sino en participar más en hacerlo. Es decir, incrementar la colaboración público-privada, o público-sociedad, o público-ciudadana, si se prefiere.
Pero debe hacerse desde un cambio de mentalidad de los entes sociales de carácter productivo llamadas empresas. Hay que pasar de una cultura que desde las mismas se tomen iniciativas para sumarse a ellas, a empujarlas, a liderarlas. No estoy hablando de influir en las decisiones de los gobiernos mediante conversaciones y exposición de ideas, que ya se hace (y eso no es malo en esencia). Hay que pasar a proponer proyectos concretos llevando la iniciativa, cosa esta completamente legal para cierto tipo de proyectos.
El artículo 128.5 del Real Decreto Legislativo 3/2011, de 14 de noviembre, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley de Contratos del Sector Público, es muy claro: “Se admitirá la iniciativa privada en la presentación de estudios de viabilidad de eventuales concesiones…” y a partir de ahí describe el procedimiento para proceder a ello. Más adelante aclara además que en justicia deberá reintegrarse el esfuerzo económico de la iniciativa en caso de no ser adjudicatario final, y en caso de aceptación de la iniciativa.
Esta figura que ya se venía reflejando en el texto anterior supone un tremendo avance en tanto en cuanto vehiculiza lo que antes no podía, en principio, hacerse. A título anecdótico, un buen amigo y letrado siempre dice que es lícito colaborar con la Administración pública a título de “buen ciudadano”, figura aplicable en aquellos casos que no se pretende un contrato o contraprestación posterior, cosa que evidentemente no suele ocurrir.

La presentación de estudios de viabilidad por iniciativa privada puede ser una perfecta estrategia comercial, si se me permite la expresión, pues los riesgos asumidos por esta vía, sea o no aceptada finalmente, no son menores que los que se asumen ante las propuestas que se realizan a otras empresas cliente. Es además una extraordinaria estrategia competitiva en tanto en cuanto es difícil de imitar, pues requiere de un profundo conocimiento de la realidad política y de la administración pública, y no pocas veces de encontrar los socios adecuados, además de ser lo suficientemente creativos para desarrollar una idea, conceptualizarla y llevarla a proyecto.

Antonio Burgueño Jerez

lunes, 3 de noviembre de 2014

REFLEXIÓN A PROPÓSITO DE LOS PROTOCOLOS, PROCESOS, ETC Y SU APARENTE CONFRONTACIÓN CON LA INNOVACIÓN

(Tribuna "El primer lunes", Publicada en Sanifax 3 de noviembre de 2014)

Tengo por costumbre escribir en esta tribuna de primer lunes de mes sobre algún tema destacado del mes anterior. Sin duda el tema estrella esta vez ha sido el virus ébola.. Pero para tranquilidad de los lectores de esta tribuna no voy a escribir sobre ello, directamente al menos. 

Durante este mes hemos oído una y otra vez hablar del protocolo. Confieso que jamás había visto tanto interés por el mismo ni entre los propios sanitarios, ni gestores, ni pacientes… es como cuando todo el mundo hablaba de la “prima de riesgo”…

Por un lado me sorprende, por otro me preocupa y por un tercero me congratula. Me sorprende porque siempre ha habido un debate entre si la praxis médica es protocolízable o no, si es ciencia o es arte o un poco de cada cosa. Y me preocupa porque el protocolo se está utilizando, mediáticamente al menos como arma arrojadiza (o defensiva según se mire). Y me congratula que gracias a su diseño y aplicación la gestión de esta crisis esta clarísimamente bien enfocada

El fin de todo protocolo es estandarizar y coordinar la acción de los profesionales, evidentemente. Hace ya un tiempo mantuve una interesante conversación sobre la aparente confrontación entre estandarización, creatividad e innovación, que realidad son compatibles y complementarias. La respuesta, como así expreso mi contertulio, está en la música. 


El argumento está lleno de lógica: No hay muchas actividades del hombre más llena de arte y de orden que la música. La creatividad no es consecuencia de una inspiración divina en ningún caso. Es fruto de un aprendizaje y de un esfuerzo riguroso y metodológico, entre otras cosas. Fruto de ese orden surgen las genialidades, porque, parafraseando a Ramón y Cajal una genialidad es saber poner en valor y sacar a la luz algo que está ahí y nadie supo ver. ¿Alguien puede discutir la genialidad de D. Santiago y su esfuerzo y perseverancia?

Mucho se ha escrito sobre si la práctica de la medicina es ciencia o es arte, y es entiendo que es ambas cosas. Y la ciencia sin método no puede ser considerada como tal. Y el arte es el cómo hacer que requiere, como tocar un instrumentos mucha práctica y un aprendizaje de habilidades que se me antoja infinito. Parafraseando una vez más a Dr. Ramón y Cajal, el que quiera aprender una habilidad que se prepare a años de entrenamiento. Exactamente igual que la música.

Las organizaciones sanitarias hoy en día son complejas (como las orquestas) y si cada uno escribe su partitura y la interpreta a su manera lo único que conseguimos es hacer mucho ruido. ¿Cuánto cuesta cada decibelio de más (es decir, el despilfarro)?

Y es que este es uno de los grandes retos de la sanidad: transformar a las organizaciones para que puedan dar respuesta a las necesidades de salud de la población, haciéndole a cada persona, desde el síndrome o antes de él (Prevención), todo lo que hay que hacerle cuando hay que hacérselo. Es decir, evitando despilfarros. Esa es a mí entender la verdadera calidad.

Esa organización debe estar por tanto centrada en el proceso persona. No digo paciente, pues “cuando alguien va al médico no está enfermo, se siente enfermo” (D.Pedro Lain Entralgo Dixit). Importante reflexión pues determina si el itinerario hay que enfocarlo a la curación, a la prevención o a simplemente escucharle. 

Aunque el proceso de salud a seguir por el paciente es consecuencia directa, entre otras cosas, de la eficiencia de las decisiones clínicas que lo van determinando, su eficiencia viene determinada por la de los diferentes procesos organizativos. El itinerario que cada paciente realiza por el sistema de salud en general, y de cada organización en particular, si se me permite la expresión, no es, en última instancia una decisión de él, sino de los diferentes clínicos que actúan a modo de guías asistenciales.

Sin duda el concepto es fácil de entender pero difícil de aplicar si tenemos en cuenta que supone reinventar la organización sanitaria y sus procesos. Hay que dejar de organizarse entorno a especialidades y hay que hacerlo hablando de problemas concretos: espacios integrados como puede de ser, por ejemplo, el de la diabetes donde se reorganicen los profesionales entorno al fin, y no al revés. Y hacerlo además de manera integrada con lo que se vienen llamando los servicios sociales, como decía en el encuentro Economía y Salud el pasado dia 30 D. Cesar Antón, Director General del IMSERSO en la actualidad. 

Al fin y al cabo, es uno de los grandes retos: gestionar la demanda de manera unificada, y hacerlo desde la visión de la salud, integrando en un lo que se llama social y lo sanitario. Sinceramente cada día veo más difícil donde colocar la línea divisoria. 


La estandarización además aporta rigor metodológico y redunda netamente en la confianza, a todos los niveles: la del propio profesional, la del equipo, la de la organización y la del paciente. Porque el rigor y el orden metodológico es percibido por los pacientes. 

Trabajemos pues en homogeneizar partituras y mejorar el sonido de nuestros conciertos y evitar distorsiones mediante una variabilidad menor de las decisiones que sobre el itinerario del paciente se tomen, lográndose un uso mejor de los medios disponibles. Y concienciémonos todos de la importancia de asegurarnos que estamos tocando sin desafinar, sabiendo lo trascendental del papel de cada uno en la orquesta. 

Antonio Burgueño Jerez