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lunes, 11 de mayo de 2015

HUYENDO DE LO NEGATIVO TAMBIÉN EN LA POLÍTICA Y ANTE LAS ELECCIONES QUE SE APROXIMAN: BUSCANDO UN "PUNTO Y ADELANTE"

(Publicado en Sanifax 4 de mayo de 2015)

Otro lunes primero de mes. Las novedades hay que buscarlas en lo político, pues a nadie se le escapa que los acontecimientos de abril están ya en clave electoral. Una locura informativa para convencernos de a quien es mejor votar. O a cual no votar, por el cruce de acusaciones que “aburren al más pintao”. Lo llaman el juego democrático. Pues vale.
No voy a entrar en valorar a los políticos ni de uno ni de otro lado. Prefiero girar el objetivo y mirar hacia la sociedad, hacia todos los que la constituimos. Habitualmente les pedimos a los decisores políticos que solucionen nuestros problemas, les acusamos de creárnoslos, les atribuimos en definitiva un poder en nuestras vidas que ni creo que lo quieran ni creo que sea objetivo.
Como sociedad vivimos en una cultura que aceptamos como bueno conceder a terceros el poder de decidir nuestro propio futuro. Y no hay nada más tremendo que eso. Quizás pueda existir en nuestra cultura un cierto aire de conformismo que nos hace comportarnos en una línea que nos impide tomar decisiones que se salgan de la línea marcada.
Vivimos en una sociedad que mira más hacia afuera que hacia adentro de nosotros mismos, que minusvalora el esfuerzo individual por superarse uno mismo y crecer con cada dificultad a la que nos enfrentamos, porque huimos de los problemas y con ello de los retos, esperando que los problemas los resuelvan los demás. Porque tendemos a escoger el camino más fácil aunque sea el que menos nos aporte. Contradictoriamente el camino difícil suele ser el que más nos hace crecer como individuos y el más ilusionante. Minusvaloramos la ilusión y los sentimientos y los ponemos por debajo del factor económico en nuestras vidas. Sueldos, incentivos económicos… lo que nos hace personas se ha relativizado hasta pasar a un segundo plano en lo profesional.
Vivimos en una sociedad que ensalza lo negativo, y lo político tal vez sea el máximo exponente, pero no es exclusivo de ello. Me viene a la memoria el libro” grandeza para cada día“  de Stephen R.Covey. Para el autor, no debemos dejar que el ruido de una minoría ahogue el bien que nos rodea. Porque lo negativo destaca y centra nuestra atención mucho más que lo positivo, así lo afirman, entre otros, Daniel Khaneman, psicólogo premio Nobel de Economía. Llega a afirmar que nuestro cerebro está preparado, como el de los animales, por un instinto de supervivencia, para detectar con rapidez las amenazas y lo negativo, y con ello poder reaccionar. Es por ello que tendemos a destacar siempre lo negativo de las circunstancias y de las personas.
A veces tiene que ocurrirnos un golpe duro en la vida para poner un punto y final o un punto y seguido. O un punto y adelante, como escribía brillantemente mi amiga Gemma Cobos: “En la vida, como en la costura, siempre hay que echar "un punto y adelante". De esta forma cada instante se transforma en algo nuevo creado por uno mismo. Poder observar como tus ideas se plasman en algo material dando el producto deseado, hace que uno mismo se sienta desarrollado y orgulloso de lo que está creando”
La mejora y el cambio empiezan por uno mismo. "Todo el mundo piensa en cambiar la humanidad, pero nadie piensa en cambiarse a sí mismo”. Tal vez tenga que ser un revés en la vida la que nos centra en lo mucho positivo que tenemos dentro y de lo que nos rodea. Que nos hace ver que el sentirse bien con uno mismo aumenta nuestra auto confianza, y que es desde ahí y no al contrario lo que nos lleva a generar confianza y positivismo a nuestro alrededor, logrando así cambios positivos en lo que nos rodea. De vivir con ilusión y de generar ilusión…a los que me quiera acusar de idealista les digo que aciertan, porque cuando no tienes ideales aceptas que los demás, políticos o no, dirijan nuestras vidas. Votemos cada cual lo que crea que debe, pero pensando en lo que supone el rol del político, y no atribuyéndoles más responsabilidades ni más protagonismo en nuestras vidas que el que objetivamente tienen.

Antonio Burgueño Jerez



jueves, 4 de septiembre de 2014

MEJORAR LA SANIDAD EMPEZANDO POR UNO MISMO: APOSTANDO POR EL HUMANISMO COTIDIANO Y LA INTELIGENCIA REFLEXIVA (HUMANISMO “PATA NEGRA”)

(Publicado en Sanifax 4 de septiembre 2014)

Un nuevo mes y nuevo curso. Hay realidades indiscutibles y una de ellas es que el verano acaba con una etapa del año y tras el parón de agosto se inicia un nuevo curso al que el que más y el que menos llega cargado de buenos propósitos y deseos.

En los próximos meses, tiempo tendremos de debatir ampliamente y tal vez profundamente la amalgama de acontecimientos, cuestiones, problemas, retos, etc. que la sanidad tiene encima de la mesa. Pero en esta primera tribuna del curso quiero reflexionar sobre los propósitos y deseos, tal vez porque la misma está escrita en pleno mes de agosto y, por tanto, en pleno parón reflexivo que venimos comentando.

En mi opinión, no estaría de más que tengamos el propósito firme de tratar de ser “más humanistas”. Y no hablo de sentimientos, que también. Es mucho más que eso, porque lo que realmente nos hace humanos es la inteligencia reflexiva, pues el resto de nuestras características son compartidas en esencia por otros animales.

Pero el humanismo debe ser práctico, en un ejercicio personal de pasar de lo filosófico a la práctica diaria que nos convierta en lo que su día denominé “humanistas cotidianos”. Supone, en esencia, una forma de entender y guiar nuestro comportamiento, y debe reflejarse en todo lo que hacemos. Es una cuestión intrínseca a la persona, no ligada a ninguna profesión, no siendo por tanto el humanismo exigible tan sólo al clínico y a su relación con los pacientes. La consecuencia inmediata del mismo es que se genera una confianza en el entorno, empezando por la que una persona tiene en sí mismo, pasando por la confianza en todas las relaciones interpersonales, por la relación de los equipos de trabajo, la de todos los integrantes de la organización y la de todos ellos con los pacientes en particular y la sociedad en general.

Ser un humanista cotidiano es, por tanto, un compromiso de mejora personal basada en buscar ser un poco más grande cada día. Como escribió Stephen R. Covey, “ser grande día a día es la verdadera grandeza, que nace desde la humildad y de la constancia, siendo esto más importante que la riqueza, la fama o el prestigio. Sin duda requiere de mucha confianza interior para lograrlo”.

Es un buen propósito ser nosotros mismos, que es el combustible para generar autoconfianza. No pocas veces la adversidad más grande a la que nos enfrentamos son las barreras que nos creamos dentro de nosotros. "Quien obtiene una victoria sobre otros hombres es fuerte, quien lo hace sobre sí mismo es todopoderoso" escribió Lao Tse. Bajo esa premisa, ¿No debemos preguntarnos si realmente las dificultades son, en el fondo, positivas para nosotros?

Para Stephen R. Covey, la mayoría de los habitantes de este mundo son buenas personas que hacen lo mejor que pueden. No debemos dejar que el ruido de una minoría ahogue el bien que nos rodea. Esta reflexión no es baladí. Lo negativo destaca y centra nuestra atención mucho más que lo positivo, así lo afirma, entre otros, Daniel Khaneman, psicólogo premio Nobel de Economía. Llega a asegurar que nuestro cerebro está preparado, como el de los animales, por un instinto de supervivencia, para detectar con rapidez las amenazas y lo negativo, y con ello poder reaccionar. Es por ello que tendemos a destacar siempre lo negativo de las circunstancias y de las personas. Es aquí donde la inteligencia reflexiva entra en juego para generar el hábito de buscar lo positivo y no dejarnos llevar por el instinto primario de la percepción de la negatividad. Qué es lo más fácil, pues para identificar lo negativo no tenemos que hacer ningún esfuerzo mental. 

Pero todo esto, sencillo de entender, no lo es tanto a la hora de llevarlo a la práctica. Supone una auto exigencia personal importante. No en vano, la mejora y el cambio empieza por uno mismo. "Todo el mundo piensa en cambiar la humanidad, pero nadie piensa en cambiarse a sí mismo". Aporto unos principios que pueden ayudar a tan difícil camino:

o   Actuar con integridad, es decir en coherencia entre palabras y hechos así como cumplir compromisos. Total nada.
o   Perseguir la innovación desde uno mismo: invirtiendo con regularidad en oportunidades de aprendizaje y mejora, lo que pasa por una constante autocrítica del propio trabajo.
o   Respetar a los demás: Ya los Indios Siux tenían claro que dejamos de tratar a los demás con respeto cuando constantemente los juzgamos, o juzgamos mal cada una de sus palabras y acciones. Hay un crítico detrás de cada esquina.
o   Tener empatía para entender a los demás: Requiere una total trasparencia e ir más allá de escuchar las palabras para saber ponerse en el lugar del otro.
o   Tener capacidad de adaptación a las circunstancias cambiantes que cada vez más sufrimos en un momento en que lo único inamovible es el cambio. 
o   Tener magnanimidad en el dominio de las propias emociones. El resentimiento, por ejemplo, en palabras de Malachy Mc Court, “es como tomar veneno y esperar que la otra persona muera”
o   Perseverancia: No pocas veces leemos frases grandilocuentes que nos dicen que luchemos por nuestro sueño. Pero cuidado: Aplíquese aquí también la inteligencia reflexiva para analizar si realmente es alcanzable la meta y el camino elegido viable, porque la frontera entre la persistencia y la obstinación es muy sutil. En cualquier caso hay que hacer caso omiso a los negativitas y mirar siempre hacia adelante.


Un compromiso con uno mismo que por pequeños que sean los logros puede contribuir a la mejora de la salud de esta sociedad y, por extensión, de nuestra sanidad. Feliz septiembre y feliz curso a todos. 

domingo, 8 de diciembre de 2013

ENTREVISTA EXCLUSIVA A ARISTOTELES. A propósito de Mandela

Estagira, Macedonia, diciembre 2013




Mucho se ha escrito y dicho a cerca de Nelson Mandela, especialmente  estos días tras su fallecimiento. Se han destacado muchas virtudes de este hombre especial. Hemos querido entrevistar a un personaje tan trascendental para la humanidad como el propio Mandela, y que por su saber nos aporta una visión enriquecedora para todos. A modo de lección aprendida, como se dice ahora: El filósofo y pensador Aristóteles

 

  • Se ha escrito mucho a cerca de Mandela, y mucho se escribirá, pero, ¿Qué destacaría de esta extraordinaria figura?
    • No es nada fácil destacar algo en un hombre con tantas virtudes, valores como se llaman ahora. Las mismas conforman la ética, que como he dicho en repetidas ocasiones está para practicarla, y Mandela lo hacía a diario. Era un ejemplo que demostró que las virtudes se adquieren y desarrollan con la practica y esfuerzo.
    • La más importante de las virtudes (o valores) es, sin duda,  la fortaleza de carácter para actuar conforme a las mismas. Siempre y en todo momento. Es la más difícil de todas las virtudes, pues todos sabemos de hombres y mujeres que poseen en su fuero interno virtudes pero que no las practican por carencia de esta ultima.
  • Pero actuar así le conllevó desdichas y grandes dificultades en su vida ¿Diría usted que Mandela realmente fue feliz?
    • Por supuesto. No tenga usted ninguna duda. El hombre feliz obra y  contempla lo que concierne a la virtud, y sobrellevará los cambios de fortuna de la mejor manera y siempre de manera armoniosa. Y así lo hizo a lo largo de su vida. Rompió con el viejo paradigma de  considerar que "vivir bien" o "bien estar" es idéntico a ser feliz. Nada más lejos de ello. Demostró  que se puede ser feliz sufriendo desgracias e infortunios si es por defender una tesis. Un fin.
  • Bajo su punto de vista, que destacaría de Mandela político
    • Actuó siempre bajo el convencimiento de que la labor política debe procurar un bien supremo, por encima del individuo.
    • Por otra parte, frente a la idea generalizada de que en política parece que se esta para recibir honores, el demostró lo que siempre he promulgado: que esa es una idea muy superficial y que se es más feliz dando que recibiendo.
  • Buscó siempre la justicia…
    • La justicia es importante sin duda, para mi maestro Platón era la más importante de las virtudes. Aunque se puede afirmar que Mandela fue un hombre justo, yo prefiero hablar de equidad para definirlo. Ya sabe usted que desde que escribí sobre ello se considera la misma como un elemento complementario a la ley , pero dentro del derecho.
  • Muchas gracias, Sr. Aristóteles
    • A usted. Un placer


Antonio Burgueño Jerez


sábado, 9 de noviembre de 2013

...CUANDO UN APRETÓN DE MANOS ERA LA "FIRMA DE UN NOTARIO"






Hace unos años mantenía una agradable charla con un veterano alcalde de un pueblo cercano a Talavera sobre la importancia  que tuvo para la economía de las comarcas el mercado de ganados de Talavera de La Reina.

En un momento dado me soltó la siguiente frase que me sonó a lapidaria, por lo contundente de su argumento: "que tiempos aquellos que un apretón de manos era la firma de un notario". Frases que salen así fruto de un saber que sólo los años pueden aportar. Sobra decir que su apretón de manos si era la firma de un notario, como siempre me demostró.

Vivimos en una época donde un si no sabes "si" es un "quizás", un "si" o, incluso, un "ni de coña majete". Es un problema de convivencia y es un problema de generar desconfianza.

El apretón de manos se cerraban acuerdos de palabra, sin necesidad de firma, los cuales según los fundamentos del derecho, tienen validez jurídica. Otra cosa es que en la practica sea imposible su aplicación por ser imposible su demostración. La palabra no tiene valor ni en un juzgado, donde "todo el mundo miente", como me dijo un buen amigo letrado. Y además, salvo que seas testigo, mentir es legal. Impresionante.

En los ámbitos empresariales, políticos y relaciones en las organizaciones en general, y en más ocasiones de las deseadas, se juega con las medias verdades y las mentiras, a decir una cosa y actuar de otra.

No me fío de quien no se toma en serio un acuerdo verbal, un apretón de manos, de quien no tiene palabra. Son gente tóxica y deben ser desechadas de nuestras vidas en la medida de lo posible.

Y cada vez la  tendencia a no cumplir la palabra que se da es mayor. Y eso genera inestabilidad y desconfianza en las relaciones. Genera expectativas falsas y malos entendidos. Un "si" puede ser un "no" o un "tal vez", o pretendía ser un "si" que luego es un "no", pero que se deja pensar que es un "si". Una locura.

Cumplir que el apretón de manos supone tener valores y actuar conforme a ellos. Clave del comportamiento humano. Ya lo decía Aristóteles, que para el el cuarto valor era la fortaleza de carácter para actuar conforme a ellos. Es decir: ser valientes, pues actuar conforme uno cree puede traer consecuencias negativas, al menos a corto plazo.

Si a esto le unimos las emociones destructivas que en otras ocasiones hemos comentado en este blog, lo que se queda es una mezcla explosiva que hace difícil las relaciones personales. En las que incluyo las profesionales, pues también son personales con un contenido profesional, pero personales indudablemente.

A falta de moral y ética, Estamos queriendo sustituir las normas de comportamiento por normativa y legislación. Y no se puede regular el comportamiento a base de decreto ley, normativa, etc. No se puede imponer, por ejemplo, la ética a base de códigos de conducta. Debería salir de cada cual y ser raro aquel que no se comporte conforme a las normas no escritas que suponen la ética.

Y así crece incesantemente el acerbo legislativo para buscar un objetivo que es incapaz de conseguir. Esta semana Diario Medico titulaba un artículo con unas palabras de Javier Urra: "O educamos en valores o no ganamos para normas". Pues eso. Esta claro.

Para nosotros esto es la esencia de la vida, personal y profesional, lo que de verdad cuenta y queda. Por eso seguiremos dedicando tiempo, esfuerzo a esta "nimiedad". Y, por cierto: presumimos de relacionarnos con muchas personas en las que confiamos y de la que nos fiamos de "su apretón de manos".  Lo ponemos encima de la mesa por aquel dicho muy cierto de que "toda generalización conlleva injusticia".


Antonio Burgueño Jerez

lunes, 4 de noviembre de 2013

LAS LEYES DE PARKINSON… ¿SIGUEN VIGENTES?

(Publicado en Sanifax 04 noviembre 2013)
Nuevo mes y más de lo mismo. Los múltiples foros que para hablar del sector proliferan en estas fechas siguen en debates cuyo contenido, salvo excepciones, se repiten año a año: Gestión pública o privada, insuficiencia financiera, innovaciones en uno u otro sentido…

Sin embargo, sería bueno un mayor debate sobre la verdadera lacra para la viabilidad de nuestro sistema sanitario: La necesaria adaptación organizativa y la racionalización de los recursos humanos. De su correcta gestión depende tal vez el 75-80% del gasto. No sólo por lo que cuestan las retribuciones, sino porque influyen con sus decisiones el buen uso de los equipos, materiales y suministros.

La cuestión no es si la gestión debe ser pública o privada, El debate debería ser la organización. Porque hay mucho que hacer en materia organizativa, y hay muchas preguntas que resolver.


El análisis debe hacerse en profundidad. De manera simbólica quisiera poner encima de la mesa un dato. Según las fuentes del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e igualdad, el gasto en remuneración del personal en el sistema público ha aumentado casi en tres puntos porcentuales sobre el total de la factura de sanidad entre 2002 y 2010.

No debería ser una cuestión de recortes. Es necesario abordar cambios en la forma de organizarse las entidades sanitarias, Deben implantarse para ello sistemas de gestión de recursos humanos que permitan alinear la fuerza de trabajo, con las necesidades del entorno, los objetivos organizacionales, la propia estructura organizativa, así como la tecnología necesaria. Y el requisito indispensable es la flexibilidad, incompatible con las rigideces propias de organizaciones burocratizadas, ya sean públicas o privadas.

Cyril Northcote Parkinson, funcionario del Servicio Civil Británico, observó que a medida que el Imperio Británico declinaba en importancia, el número de empleados en la Oficina Colonial (Colonial Office) aumentaba. Realizó un estudio en 1957 y anunció sus conclusiones a modo de leyes, las Leyes de Parkinson, las cuales resumimos a continuación para la reflexión:
- Cualquier trabajo se expande hasta agotar el tiempo destinado a que se haga.
- Los gastos aumentan hasta cubrir los ingresos.
- El número de personas que integran un grupo de trabajo tiende a aumentar independientemente del trabajo que haya que realizar.
- Si existe una manera de retrasar una decisión importante, una burocracia eficaz la encontrará.
- El aumento del total de funcionarios seria más o menos el mismo si el volumen de trabajo aumentase, disminuyese, o incluso desapareciese.
- Todo funcionario necesita multiplicar el número de subordinados, no el de rivales.
- Los funcionarios se crean trabajo unos a otros.
- El tiempo dedicado a cualquier tema de la agenda es inversamente proporcional a su importancia (ley de la trivialidad).

Hoy el “mantra” es la innovación. Y la misma es necesaria. Pero la primera innovación que se necesita es la organizativa. Porque sin ella el resto no tienen cabida, no son aplicables de manera racional. Todo ellos con el fin de utilizar lo mejor posible los factores disponibles en cada momento.


No con ánimo de ser pesimista sino realista, lo más probable es que “cualquier burocracia que se reorganiza para incrementar su eficiencia, inmediatamente se hace indistinguible de su predecesora” (Ley de Soper). 

Antonio Burgueño Jerez
burjerez@enclavesalud.es


domingo, 28 de abril de 2013

LA IMPORTANCIA DEL FACTOR HUMANO EN LA DERROTA DE REAL MADRID ANTE EL BORUSSIA Reflexiones a partir de las declaraciones de Sergio Ramos





El pasado miércoles vimos (y sufrimos los madridistas) como caía el Real Madrid ante el Borussia de Dortmund. Y lo hacía por una diferencia en el marcador inimaginable antes del pitido inicial del partido, y aun más antes del descanso.
Al día siguiente, el mundo titulaba un artículo con unas declaraciones del jugador Sergio Ramos al respecto del partido: “Nos ha faltado actitud”. Evidentemente me invitó a seguir leyendo.
En muchas ocasiones, he escrito sobre la necesaria complementariedad de técnica y humanismo, del factor humano y del factor técnico. Y en el análisis del partido se pone de manifiesto esta reflexión.
Sergio Ramos apela a una cuestión de índole personal como clave de la sonada derrota. Además se pone en primer lugar como parte de la crítica, lo que le hace tener mayor credibilidad. Me recuerda cuando Gregorio Marañón hacia su crítica a su profesión a finales de los años cincuenta, y decía sentirse legitimado para ello en tanto en cuanto se incluía dentro de la misma, y que es su amor por la misma y su deseo de que mejore la que le invitaba a la crítica. Leo por tanto amor de Sergio a su profesión y a su club.
La contraposición de sus argumentos la da su propio técnico, Mouriño, que alude a fallos técnicos para explicar la derrota. Llegando incluso a acusar a Sergio de ser muy emocional. Sin embargo, entra en contradicción al apelar a elementos actitudinales como clave de éxito cuando habla del equipo contrario: “He visto a un equipo  que quería ser superior al otro, que tenía más agresividad física y mental.”
Estos días seguimos oyendo mensajes en positivo hacia el partido de vuelta de la semifinal de la copa de Europa.  Creo que están generando la actitud adecuada para afrontar la remontada. Eso, unido a la incuestionable calidad técnica del Real Madrid, hacen que mi pronóstico sea favorable a la remontada. Cuentan con mi confianza, especialmente en este caso Sergio Ramos.



Antonio Burgueño Jerez.

burjerez@humanismoyeficiencia.org

Patrono Fundación Pro Humanismo y Eficiencia en la Sanidad