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jueves, 9 de julio de 2015

CAMBIOS DE GOBIERNOS Y LA OPORTUNIDAD DE DESPOLITIZAR LA DIRECCION DE LOS CENTROS SANITARIOS. Una reflexión desde “el posibilismo”, no desde el “idealismo”

(Publicado en Sanifax 6 junio 2015)

Otro primer lunes de mes, y esta vez poco queda de lo mismo, al menos en el ámbito político. Después de los convulsos resultados de las elecciones municipales y autonómicas este mes se ha ido aclarando la foto de quien gobierna donde y con quien. Y en cascada vamos conociendo los nombres de los nuevos responsables autonómicos de sanidad. Siguiendo ese efecto cascada, ahora estamos pendientes, además de algunos consejeros, de los nombres que ocuparán cargos en las diferentes Viceconsejerías y Direcciones Generales.
Hasta ahí todo muy normal y muy correcto, o incorrecto, según se mire. No entro en ello. Lo que me preocupa y pongo el acento en ello, es el que se vuelva a cometer el error de cambios de equipos directivos tan sólo por razones de color político. Tentación en la que no debe caerse, como bien decía Joaquin Estevez, Presidente de SEDISA.
Dirigir un centro sanitario no es cuestión baladí y al margen de presupuestos millonarios que se manejan, hay algo mucho más delicado que es la salud de los pacientes, o mejor dicho, el buen curar de los pacientes, o al menos el bien mejorar, si es que el curar no está en nuestras manos.
Porque la tarea del profesional clínico está muy condiciona por la organización en la que desarrolla su trabajo. Una organización que le permita ser eficiente y que le permita trabajar, entre otras cosas, con la máxima seguridad hacia el paciente. Cuestión esta imposible sin una implicación de la dirección.
Soy el primer defensor de la necesidad de ir metiendo sabia nueva en la dirección de entidades sanitarias, pero no por meras cuestiones políticas, ni de edad, ni de tiempo en el cargo. Más bien las renovaciones deben serlo por desempeño y valía. Porque la dirección de los centros sanitarios es una función esencialmente técnica. Algunos me dirán que siempre que ha habido cambios de color político se han cambiado los directores de los centros sanitarios, pero sin duda estamos ante una oportunidad de hacer las cosas bien. Porque si no corremos el riesgo de pasarnos otros 20 años, al menos, debatiendo sobre la necesaria despolitización de la gestión sanitaria.
En estos momentos, en los centros sanitarios de este país hay muy buenos, buenos, malos y mediocres directivos. “De todo como en botica” y como en todo colectivo que se precie. Como no he hecho un estudio serio no pongo porcentajes, que cada cual haga su reflexión. Pero lo que si es cierto es que no existe (como en tantas cosas) una metodología para la selección de equipos directivos. De momento no tenemos un perfil competencial, ni un perfil de evolución de una carrera que garantice que el candidato tiene la experiencia necesaria para la responsabilidad a asumir.
Estamos estancados en el debate si un médico debe ser el director o no, si nos sorprendemos porque la enfermería asuma tareas de dirección o si ponemos a profesionales de la gestión (Licenciados en Ciencias empresariales y de la dirección) en dicho cargo. O planteamos colocar en dicho puesto a un ingeniero. Reivindico esta cuestión por interés propio, pues tal vez mi condición de licenciado en ciencias empresariales no me permita entender que relación directa tiene la medicina, y su amplio conocimiento para sanar, con los conocimientos y habilidades necesarios para dirigir un centro. Una cosa es curar pacientes y otra cosa es dirigir el centro sanitario. Requiere de habilidades y conocimientos diferentes. Lo que no quita que individuos puedan tener los conocimientos y habilidades para desempeñar ambas tareas. Pero eso no puede derivar en una correspondencia biunívoca.
Creo compartir este diagnóstico con la gran mayoría de los lectores, pero no voy a cometer el tradicional error de quedarme ahí. Pues la pregunta del millón es “cómo”. No soy partidario de afirmaciones conformistas del tipo “ya está todo inventado”, pero en este caso sí que hay un conocimiento y método que los profesionales de la selección de directivos aplican (también para la contratación de directivos en el sector privado). Básicamente es esencial: conocer bien la organización; definir las funciones y tareas y competencia principales del puesto; definición del perfil del candidato; establecer una estrategia de búsqueda; investigación; evaluación y entrevistas, selección de una terna; selección definitiva y seguimiento inicial. Y cada paso requiere su técnica y su saber hacer. Total nada. Todo muy lejos del cambio por el color político y las consecuentes incorporaciones principalmente por el mismo motivo, aunque en segundo plano también se puedan tener en consideración otros criterios.
Es momento de cambio, de hacer las cosas diferentes, de hacerlas mejor. No sólo los gobiernos que han cambiado. Hágase extensivo a todo el ámbito público.
Como miembro de la junta directiva de NUGESAN dejo aquí el testigo, por si quiere ser recogido, y para todos aquellos que quieran recogerlo. Cuestionarse como hacer las cosas para mejorar es el mensaje esencial de NUGESAN (Nueva Gestión Sanitaria) y su razón de ser. 

Antonio Burgueño Jerez